Propiocepción y emociones en la infancia: cómo el cuerpo ayuda a regular
La propiocepción —el “mapa interno” del cuerpo— impacta la calma, la atención y la conducta. Aquí te contamos por qué y cómo estimularla con actividades sencillas.
Andrea Carolina Amaya Cordoba
8/16/20251 min read


La propiocepción es el sentido que informa al cerebro dónde está cada parte del cuerpo y cuánta fuerza se está usando. En la infancia, este “mapa interno” es clave para la autorregulación: cuando el cuerpo recibe la dosis adecuada de estímulos, la mente se organiza mejor, baja la ansiedad y mejora la atención.
Algunas señales de que un niño podría necesitar más entradas propioceptivas son chocar con objetos o personas, apretar o morder fuerte, buscar empujar, colgarse o moverse sin parar. La buena noticia es que el día a día ofrece muchas oportunidades para nutrir este sistema: actividades de “trabajo pesado” (empujar/arrastrar cajas, cargar bolsas livianas), juegos de equilibrio y obstáculos, saltos controlados y presión profunda (abrazos firmes, masajes suaves o mantas pesadas con orientación profesional).
Acompañar con rutinas previsibles, respiración lenta y un adulto que modela calma potencia el efecto. Un enfoque corporal consciente no solo favorece el bienestar emocional, también apoya el desarrollo motor y la confianza.
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